Desde siempre he tenido un corazón loco, que se enamora cuando no debe y de quien menos se lo espera, solía no darme por vencida jamás y así en mis mejores años conseguí muchas cosas buenas para mi vida, que paso después? Conocí conceptos como la cordura y la decencia, que según los cánones de una sociedad que no es más burda y más repugnante por que algunos de los que la integra
mos, nos gusta aferrarnos a un sueño. Hay quienes viven su vida en meras supersticiones, e ideas tan retrogradas como que el destino esta ya marcado desde que uno nace, o cosas tan absurdas como que al amor, se le debe dejar que llegue con el tiempo. Como si el tiempo fuese un premio de una trivia donde gana el que más sabe. Dicho lo anterior, me jure que nunca volvería amar; me lo jure con una certeza como si fuese la dueña de los latidos que da mi corazón, o como si pudiera controlar todo ese barullo de emociones que me provoca leerte, si leerte, pues no escucho tu voz ni me veo en tus ojos. Y me pregunto que riesgo puede haber con todo esto? Con esta forma de amar tan valiente y absurda al mismo tiempo. Viviendo este amor en la penumbra de mi soledad, se hiela mi sangre, al descubrir, que el riesgo va, desde ser inmensamente feliz hasta veredear por las meritas sendas del infierno ahogando el corazón en el torbellino de un fracaso más. Y es así como descubro, que me gusta volar, y que es mediante el vuelo emprendido en el campo de mi imaginación; donde descubro que además de volar, también se soñar. Y me sueño caminando tu vida, mitigando con caricias tu cansancio, besando tus sueños, celebrando tus éxitos y abrasando tus fracasos. Despierto, y estoy aquí entre líneas, donde cada palabra es cada lagrima de mi alma, la misma que se desgarra con la sola idea de pensar que existe la maldita posibilidad de que nunca seas mio. Esa es mi realidad, cómo paso? no lo se, solo me importa saber que no deseo volver a terminar con algo que nunca empieza. Así que no abandonare la idea de amarte con este corazón necio que no hace otra cosa que amarte, en silencio, en la penumbra, bajo el mismo cielo que nos cobija, el mismo aire que te acaricia y a mi me despeina, tu vez la luna? Yo también y es la misma eso te lo aseguro, entonces no hay mejor prueba de que la distancia, lejos de ser un impedimento para amarte, será desde hoy, el mejor vinculo para la confianza de uno en el otro, y bajo la premisa de amarte, es que he decidido luchar por lo que quiero, tu eres mi estrella polar y de ti no me pienso soltar.
Erandy Alejandra D/Reservados México 2012
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