Hay veces que pudiendo evitar mi muerte… La presiento, le sonrío; en mi afán de
agradarle pretendo ofrecerle un halo de inmortalidad en un verso, acicalo la
vida que ha de llevarse (según yo). Y vaya sorpresa, descubro que solo soy
dueña de mis actos, y la vida que vivo proviene y le pertenece a la fuerza
creadora de la misma, además es una vida que esta ceñida al corazón que tampoco
tengo por completo, pues este corazón que me late en el pecho, esta poseso por
un amor, un amor que bien a bien no me pertenece, se enamora de unos ojos
bonitos, de una sonrisa clara y hermosa, del perfume que deja la lluvia en la
tierra húmeda, del canto del bosque y el encanto del arcoíris… Ese amor nace en
la frescura de una alborada y se va en el carmesí del ocaso, y es así de fugaz
porque está bajo el resguardo de un corazón loco y enamoradizo, que presume de
ser fuerte cuando es más frágil que una obsidiana tornasol. Ese corazón a veces
me resulta desconocido, ya que muchas veces está conmigo, el corazón que no
tengo…
El corazón
que no tengo
me aguarda
en el cadalso,
desde ahí
pide lo que no tengo
soledad le
llevaré por si acaso.
Lo cierto es
que ni eso tengo,
me acompañan
mil recuerdos,
agridulces,
montones de ellos
al caminar,
sea que voy o vengo.
Mi condena
ya está lista
y mi verdugo
ausente,
mi agonía se
perpetúa
furtiva y
plena en cada instante.
Y yo que no
muero de un tajo
sino de a
poco, a cuenta gotas,
como grifo
descompuesto
sin remedio
ni esperanzas.
¿Quién hizo
añicos mi corazón?
¿Habrá sido
esa mustia alborada?
Tal vez fue
esa arrebatada pasión
cómplice de
la luna abandonada.
A mi
entender, se trata de mi vida
la que se
desgasta en cada verso
¿Será este,
un quehacer del Universo?
Cómo saberlo
estando bajo el hechizo
del amor que
escapo por un resquicio,
entre la
indiferencia y el descuido
del nunca
nos pasará, jamás.
Entonces…
¿Por qué morir
por un
corazón que no tengo?
Erandy Alejandra
México 2013
Reg. 1301084313437
Imagen de la red
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