No me pidas que te quiera
si debo correr por el bien de mi corazón,
pues aunque mi razón me lo pidiera
siempre sale a flote la cordura que impone mi razón
Es una lucha eterna, campal y llanera
entre al corazón y razón, matando la paciencia
que mis cuitas de amor en una cancionera,
están perdidas en el brillo de tu ausencia
No me pidas que te quiera
ni me digas que de ti no me debí enamorar
mira que por más que yo quiera
tus besos de mis labios no me puedo arrancar
Mejor vete tú, ave que canta y encanta
vete y déjame caer, no en el abismo del dolor
si no en la cuenta de que esta alma descontenta,
nunca debió darte, ni tantos suspiros ni todo el amor
Anda no me pidas que te quiera otra vez
si cuando estuve en tus manos me llevaste
por un camino de penas, una a la vez
mientras yo me deshojaba en las caricias que ignoraste
Así que vete y no vuelvas, desaparece de una vez hoy,
no me digas que me quieres, que por mi te mueres
los muertos no hablan, no ríen, no lloran, ni dan pendientes
si vives ¡que bueno! porque yo, desde que te ame, muerta estoy...