martes, 23 de abril de 2013

ENTRE TÚ Y YO

En un mundo
donde la indiferencia
así como la desconfianza
se volvieron cualidades,
es bueno siempre seguir
las reglas del corazón.
Sé bien que a muchos
nos queda grande la virtud
de ser o parecer un ángel,
por eso es mejor declararse
simplemente un soñador,
para mejorar nuestro mundo,
juntos soñador y soñado,
con poemas que se van escribiendo
poco a poquito en el corazón…
Yo no sé, si acaso la vida
nos debe algo o nosotros
a la vida, solo sé que se puede
ser feliz, mucho muy feliz
o también muy desgraciado,
construyendo el propio mundo.
Con ausencias que duran sonrisas,
miradas pérdidas, vacías;
tal vez de un día o mil años.
Con soledades y suspiros
del tamaño de un recordatorio
o de mil pasos en relicario
pegadito al corazón…
O construir nuestro mundo
con verdades propias
entre las vidas ajenas,
con risas y sorpresas,
con la voluntad de ser feliz
y con la fuerza de seguir
cada día cuesta arriba,
donde el único testigo de la vida
es el cielo infinito…
La tarea inmediata será
fraternizar nuestros mundos,
los mundos que soñamos
todas las personas,
tan valiosas unas como otras,
con las mismas capacidades
para amar y vivir…
Sin embargo, los amos del mundo
nos han venido a enseñar
(y les funciona de maravilla)
que no podemos soñar,
que somos simples animales,
solo brutos domesticados
y que no tenemos nada especial.
Entonces nos enseñan,
que es necesaria una guerra
para lograr "un avance"
de índole político, o para mejorar
 "una economía"
Nos venden un mundo triste
y nos enseñan a sentirnos
todo el tiempo desdichados.
Luego nos venden también,
la idea democrática
de una igualdad utópica, falaz,
profana, sin bases ni principios,
con adjetivos discriminatorios
mancillando la dignidad humana,
disfrazando las cadenas
con tintes de libertad.
Nos hacen creer que el Universo
es la simpleza del espacio exterior,
que la humanidad es un invento,
¡un invento tirano!
Un ente de oquedad y desdicha,
de vanidad o de gloria.
Pero no se dan cuenta,
que están los sentimientos
y uno en especial que es tanto
como el mismo sol ¡¡el amor!!
Esa parte intangible, importante
y que para variar se rige
bajo el mismo principio científico de la materia
"el amor no se crea ni se destruye,
simplemente se transforma"
Por eso soñamos, por eso amamos,
nos dolemos, perdonamos
y siempre estamos inmersos
en una constante búsqueda (de felicidad)
Solo que el amor no se puede
dejar fuera de la vida,
el amor no es punto y aparte
y eso es lo primero que debería saberse
no para sobrevivir, si no para bien vivir,
sin pecados de religiones
y sin diferencias políticas,
menos con estigmas absurdos
de preferencias sexuales.
El amor es para vivirse
en armonía con la vida, así,
simple, tal cual un día llegó
y tal cual un día habrá de irse.
De ceniza eres y a las cenizas volverás
sin importar las huellas sembradas,
no hace falta tener una ausencia
para entender la vida o el amor,
solo es cuestión de querer.
Sin embargo  es más fácil
acostumbrarse al dolor
que intentar vivir en el amor;
pues el dolor, busca culpables.
Mientras que el amor es compromiso
es ayudar, fraternizar,
es dar sin esperar recibir
o recibir de manera honrosa.
El amor es responsabilizarse
de nuestra propia vida
y eso no es nada fácil
pues muchas veces la envidia,
el odio o el dolor,
son mucho más dulces
que las mieles del amor…

POR TODO ESO, ES QUE DIGO…
¡¡BENDITA POESÍA!!

Bendita poesía
que me concede la gracia de vivir
en cada verso donde me siento morir...
Bendita poesía que me mata,
en la mirada cruel e insensata
del destino que vacía el aliento,
cuando más viva me siento...

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con la participación de Wilson Menchaca Escalante
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